Todos, sin excepción, podemos superar y modificar nuestra condición o situación actual. La única barrera para ser mejores y para materializar nuestros sueños, somos nosotros mismos. Asimismo los únicos que podemos convertir esos deseos en realidad, somos nosotros mismos. Esta es mi convicción, mi filosofía de vida, y deseo compartirla con usted que está leyendo estas líneas en este momento.
El primer paso para obtener ese cambio es creer que sí se puede, que todo puede lograrse, pero es necesario “imaginarlo, visualizarlo o soñarlo”.
Debemos tener siempre en mente que nuestra vida es un tránsito, solo un tiempo para poder realizar lo que queremos. Todos nacemos, todos morimos. Pero lo que hará que seamos recordados, que simplemente nuestra vida no sea un “pasar” sin más, es el legado que dejaremos: aquello que afectará positivamente en principio a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y más cercanos, y, si acaso logramos ir aún más allá en nuestras expectativas, lo que dejaremos a la humanidad. Lo importante es “hacer”. Nada se nos va a regalar, porque ya el regalo nos fue dado: la capacidad de “imaginar, visualizar y/o soñar” y la capacidad de “hacer”.